En mi caso, hace 8 años, lo que accionó mi semilla, mi corazón tierno, fue el entusiasmo, cariño y la pasión de una mujer que dedicaba gratuitamente su hora de comida a ofrecer un acompañamiento de 8 semanas para iniciarte en Mindfulness. La veía cada semana y pensaba “yo quiero recuperar esa pasión en mi día a día”.
Ese fue el detonante o no… de una semilla que llevaba mucho tiempo “dormida” en una tierra aparentemente estéril y muerta.
Sin más, he querido poner ahí mi punto de partida.
Esa semilla va creciendo poco a poco:
Esa semilla que en ocasiones el miedo, las dudas, la culpa, los pensamientos intentan paralizar. Aunque solo ralentizaron lo que ya no tenía vuelta atrás.
Esa semilla que rompió la vaina miró su ira, su miedo, su tristeza. Esa semilla que fue poco a poco enraizándome.
No estaba acostumbrada a mirar “hacia dentro”, no quería “mirar hacia dentro”, parecía más fácil echar la culpa “a lo de fuera”. Soy consciente de que hasta mi última respiración puedo bajar un poco más profundo, un poco más “hacia dentro”.
Mucha paciencia, mucha compasión, mucho amor incondicional. Mucha ternura ante esa aparentemente frágil semilla.
Esa semilla que llegó un momento que también empezó a crecer hacia fuera. Hacia la luz del día y la oscuridad de la noche. El frío, el calor, el viento, los cambios de temperatura… la impermanencia de la vida en estado puro…
Que se va convirtiendo en una pequeña planta. Aprende a flexibilizarse para no romperse. Empieza a conocer cuando llegará el invierno y hay que recogerse y prepararse para la primavera. Empieza a darse tiempo, a darse espacio. Cada uno tenemos nuestros tiempos, nuestra necesidad de espacio, nuestro ritmo…
Un semilla, un corazón que se va expandiendo y contrayendo. Un corazón vivo. Un corazón abierto. Quiero vivir con el corazón abierto.
Te propongo que tomes unos momentos para sentarte, cerrar los ojos y respirar. Solo respirar y cuando estés ahí te invito a que te preguntes: ¿Cuál es mi detonante para que esa semilla empiece a crecer? Puedes dejar reposar la pregunta, que vaya bajando a tus profundidades…
Si te apetece puedes compartir conmigo cuál crees que es o podría ser tu detonante para vivir con el corazón abierto.
GRACIAS por estos momentos que dedicas a respirar.
Elena HCh